martes, 7 de abril de 2009

El Exprimidor

Todo da vueltas a mi alrededor. Estoy sentada en algo bastante cómodo, pero no se que es. Las personas que pasan, se me quedan viendo como si esperaran algo de mi, no tengo nada que darles.

Es fácil juzgar no? pero no sabes porque hice eso, es fácil decir que esta bien o que esta mal.Que es lo correcto. Lo que yo hice fue lo mejor que pude haber hecho, no se merecía estar aquí. Si tan solo hubiera puesto de su parte, las cosas hubieran sido diferentes.

Yo solo trabajando en la casa, pensando solitaria en todas los problemas familiares, dándole de comer a mi esposo que llega de trabajar muy tarde. En las noches mi palabra es la que menos importa, mis hijos trabajan, no hemos tenido el dinero para llevarlos a la escuela, es que son seis.
Pero no estoy aquí para justificar mis actos, estoy escribiendo esto después de pensarlo muchas veces, pero necesito desahogarme, no hay otra forma de sacar mis sentimientos o emociones.

Era un Lunes por la mañana cuando a las 4:00 am se levanto mi esposo, me hice la dormida, él todos los días se despide de mi a las 5:00 y se va a trabajar, ese día no se que pasó, salió sin decirme nada, me levanté justo cuando escuché como asotó la puerta al salir. Me empeñe en encontrar algo extraño en la habitación, que me dijera a donde iba tan temprano... se llevo su exprimidor como siempre, pero no se había llevado el kilo de naranja que estaba en la cocina.
Desperté a mis hijos ya era tarde, les di de desayunar unos buenos tacos de frijoles con chorizo, yo lo único que quería era que se fueran para poder ir al puesto de mi esposo.
Salí de mi casa aproximadamente a las 7:00 am rumbo a la carretera vieja donde "mi señor" trabajaba, él no estaba, fui a preguntarle a una señora cercana si lo había visto, me guió hacia donde se había ido. cuando lo encontré me dio una gran desilusión, al encontrarlo borracho me dirigí hacia él, lo desperté y este me dio un golpe al asustarlo.

-¿Qué quieres deja de fregar, que no ves que ha sido un día muy pesado para mi, Juana?
-Amor, levantate, recuerda que nuestro deseo es mandar a nuestros hijos a estudiar
-Por favor, están bien tontos, ya pa´que.

Eso me pudo herir demasiado, ¿había estado dándole a un señor de comer que piensa que sus hijos son unos tontos, que su esposa es la que va a estar a su lado siempre? pues ya no. Encontré al día siguiente el exprimidor a su lado con una coloración rojiza igual que la de la cara de mi... ese señor.




En México contamos con muchos problemas como el analfabetismo, violencia intrafamiliar, desigualdad, discriminación entre muchos otros, por lo que les pido que hagamos un momento de reflexión y que no tapemos la realidad mexicana.

1 comentario:

El Peregrino dijo...

Guau, me impresionó tu frialdad al narrar los hechos de esa triste família, muestras muy bién la realidad que vivimos cuando fuimos a alfabetizar, es excelente, que bueno que te hayas decidido abrir a este medio para denunciar los problemas sociales, te deseo mucha suerte y cualquier cosa que necesites yó estoy a tu lado.
Con cariño Carlos Hage